Existe una norma básica para todo tipo de impermeabilizaciones, por lo tanto, cuando se trata de impermeabilizar terrazas, también debemos aplicarla. Esta norma dice que es primordial, determinar fehacientemente los lugares más afectados por el agua, y cuáles son los puntos críticos donde es necesario actuar para poder evitar futuras filtraciones.
Impermeabilizar terrazas, estamos hablando de cubiertas o techos planos. Y precisamente, los techos planos, son sin dudas, los más difíciles de impermeabilizar. Requieren de un excelente trabajo hecho con sapiencia y eficacia, sobre todo, si estos no cuentan con una buena pendiente que favorezca el drenaje de agua.
Al no contar con suficiente pendiente o caída, el agua, se acumula en varios sectores formando las llamadas “piletas” (agua estancada) que permanecen varios días sin escurrir y haciendo que penetren por los capilares o entre alguna pequeña grieta o fisura. Esta es la principal razón por la cual la tarea de impermeabilizar terrazas debe ser un trabajo realizado con seriedad.